CLAVES PARA ENTENDER LA DESTRUCTIVIDAD DE TU CACHORRO

10.04.2017

Al llegar el cachorro a casa, pensamos que la única preocupación será llenarlo de comida, mimos y juguetes para mantenerlo feliz. Si bien puede ser así, a veces olvidamos que también necesitan conocer las normas de convivencia dentro del grupo familiar. Para ello, debemos saber que ellos no las aprenderán por si solos. Muchos perros llegan a la etapa adolescente en medio del abandono, maltrato o rompimiento del vínculo porque sus compañeros humanos no sabían o no se dieron cuenta de la atención, el ejercicio, la educación y la paciencia que su cachorro requería.

¡Roer, triturar, morder! Esto seguramente te suena familiar al ver a tu cachorro con toda esa energía, curiosidad y deseo de explorar prácticamente todo con su boca y específicamente, con sus dientes, sólo así pueden recoger información sobre el entorno. Morder un comportamiento muy natural, imposible de eliminar y relacionado con el juego, la curiosidad y la erupción de los dientes definitivos; por eso es importante que sepas dirigirlo a aquellos objetos que tú le proporciones especialmente para ello y no se termine convirtiendo en un dolor de cabeza.

Hay maneras de evitar la mayor parte de la destrucción derivada de estas ansias de morderlo todo, y esto incluye en primer lugar ejercitar a tu cachorro y luego darle un ambiente estructurado y coherente al educarlo. Delimitar las reglas en el hogar es fundamental; o sea, sólo permitirle jugar en ciertas habitaciones y con ciertos juguetes, lo que da poca necesidad o deseo de tu cachorro a devorarse la zapatilla que estaba en tu closet o meterse en el basurero. Él no maneja nuestros códigos de higiene y de valores, así que no sabe que las cosas que tu consideras sucias o valiosas, para el también deberían ser de esa forma.

La reacción natural sería castigar física o verbalmente al cachorro por lo "malo" que hizo, y mostrarle el objeto destruido para que "sepa" lo que ha hecho. Por desgracia, no entenderá la razón de tu enojo porque probablemente destruyó eso horas antes y su memoria de corto plazo no le permite hacer esa asociación. Sólo le creará confusión tratando de entender el porqué de ese castigo. Mantén la calma, limpia el desorden y no vuelvas a dejarlo desatendido. Si lo atrapas en el acto puedes utilizar un "no", hacer que ejecute un comando como el "sit" y luego redirigimos a algo que si se le permita morder. De este modo, se hace muy importante además que empieces paralelamente con la educación de tu pequeño amigo.


Proporcionar un suministro de juguetes variados e intercambiables puede ser la clave. Las premisas son: que sean sólo de su uso exclusivo, que el tamaño sea adecuado, que sea seguro y lo suficientemente resistente, para evitar la ingestión. Te serán de mucha utilidad los rellenos con comida tipo Kong, huesos naturales, pelotas, cuerdas; todo siempre bajo tu supervisión. No olvides elogiarlo cuando elige los juguetes y no aquellos objetos preciados para ti.

Por otro lado, si esta conducta se presenta en perros adultos, deberíamos pensar en otras causales, de las cuales una, aunque no la única, podría ser la conocida Ansiedad por Separación. Pero muchas veces lo que ocurre solamente es que reducimos las actividades lúdicas que le proporcionábamos al perro cuando era cachorro y con ello puede sobrevenir frustración, ansiedad o deseo de explorar por aburrimiento. No olvidemos que aunque adulto, nuestro perro sigue necesitando actividad física, exploración sensorial, juego y socializar con otros. Ante dudas en el tema, consulta con tu Etólogo Clínico, quién luego de evaluar a tu mejor amigo instaurará el mejor plan de tratamiento que se adecúe a su diagnóstico.

Dra. Soledad Torres Alvarado
Médico Veterinario y Máster en Etología Clínica
Conciencia  - Etología Clínica Veterinaria