FRUSTRACIÓN EN LA TERAPIA ¿QUÉ HAGO COMO TUTOR?
Cuando enfrentamos problemas de comportamiento en nuestras mascotas, es natural buscar soluciones rápidas que traigan alivio tanto para nosotros como para ellos. A veces somos nosotros los que nos sentimos mucho más abrumados y colapsados, de hecho.
Sucede que, al ver los primeros signos de mejoría tras iniciar un tratamiento con un etólogo clínico, los tutores pueden caer en la trampa de pensar que el problema está resuelto y que es hora de dejar de seguir el plan establecido. Quizás les pareció costosa la consulta y los controles y piensan que podrán avanzar solos o buscar un "apoyo" menos costoso pero de igual calidad. Sin embargo, este es justamente el momento en que la constancia y la perseverancia juegan un papel crucial.
Entonces algunos de estos tutores, al ver mejorías iniciales, tienden a bajar la guardia, suspender el tratamiento o cambiar de rumbo, buscando soluciones más rápidas o accesibles. Este enfoque, aunque comprensible, puede ser contraproducente y llevar a una pérdida de tiempo valioso. Las mejoras que se empiezan a ver no significan que el problema se ha solucionado por completo. Al contrario, es el resultado de un proceso que necesita tiempo, dedicación y seguimiento constante para consolidarse y mantener sus efectos a largo plazo.
Abandonar el tratamiento en este punto, o peor aún, buscar soluciones alternativas de manera impulsiva en momentos de frustración en caso de que el tratamiento no esté resultando según lo esperado, solo retrasa el progreso y puede incluso hacer que el problema vuelva a surgir, a veces de manera más intensa.
Debes considerar que al igual que sucede en nuestra salud humana, no todos los servicios de etología clínica son iguales, y saltar de un profesional a otro puede hacerte sentir que estás empezando de cero una y otra vez. Aquí es donde entra en juego la importancia de elegir un etólogo clínico que ofrezca un enfoque serio y personalizado desde el principio.
En mi práctica de etología clínica, me comprometo a trabajar contigo y mi paciente de manera responsable, brindando soluciones basadas en evidencia científica y adaptadas a las necesidades específicas de cada caso. Sé desde hace años que la constancia y la comunicación son esenciales, por eso el seguimiento es continuo, asegurándome de que las mejoras sean estables y permanentes con el tiempo. He visto pasar muchos casos que potencialmente tenían un futuro maravilloso, pero por malas decisiones terminaron con cero resolución.
Es comprensible que te sientas ansioso por ver resultados inmediatos o que, en momentos de frustración, busques nuevas soluciones, sobretodo esas que prometen resultados rápidos. Pero, recuerda que este proceso es un camino de aprendizaje y adaptación, tanto para ti como para tu mascota. No te desanimes cuando las cosas empiezan a empeorar ni te sientas en los laureles ante la mejoría más mínima; este es el momento de ser más constante que nunca. Mantener el rumbo del tratamiento es lo que asegurará que esos avances se consoliden y se mantengan a largo plazo.
La perseverancia es clave en el tratamiento de los problemas de comportamiento. Cada paso hacia adelante es una señal de progreso, pero no debes dejarte llevar por la tentación de cambiar de estrategia en cuanto veas las primeras variaciones.
Mantén la constancia, sigue trabajando junto a tu etólogo clínico, y no te des por vencido. Al menos aquí, encontrarás un enfoque serio y comprometido con el bienestar de tu mascota, sabiendo que cada avance cuenta y que el éxito a largo plazo es posible si sigues perseverando. Te dejo un gran saludo.