El blog de CONCIENCIA

En la era de las redes sociales, la desinformación en etología clínica se ha convertido en un grave problema. La creciente presencia de personas sin formación adecuada en el campo de la etología, pensando que juegan un papel dentro de la Etología Clínica, pone en riesgo la salud mental y física de nuestros animales de compañía.

A lo largo de estos años de trabajo en el área de la Medicina del Comportamiento o Etología Clínica, he podido percatarme de que muchos tutores indican que la terapia "no les funcionó" o "no les sirvió" e inician una peregrinación extensa (y a veces arriesgada) por varios (o no) profesionales.

Nada puede resultar más triste que ver un perro solo y detrás de una reja. En mi caso, al menos, no es gracioso ver como cientos de perros ladran a más no poder detrás de los barrotes de fierro cada vez que paso caminando, con algún paciente en medio de una terapia. ¿Por qué?

Sabemos que el perro es una especie distinta, por lo tanto, con necesidades propias y muchas veces, muy distintas a las nuestras. Aquí extrapolar nuestros sentimientos, deseos u opiniones a veces pueden traducirse en tremendos errores y confusiones que traerán de seguro, frustración para ambas partes. Y por supuesto, nuestro vínculo puede verse más...

Justo elaborando una clase para mis alumnos, recordé que tenía este tema pendiente de tratar, uno del que casi nadie habla y que muchos tutores consultan día a día en foros, grupos y del que lamentablemente, siempre reciben respuestas erróneas que sólo empeoran el problema: "pégale con el diario", "asústalo", "dile NO bien fuerte", "pégale en el...

En estos días difíciles que no sabemos cuándo van a terminar en Chile, muchos estamos asustados y no esperemos que nuestros perros y gatos entiendan que es lo que está pasando.