MENOS DISCURSOS, MÁS LENGUAJE CORPORAL

15.10.2017

Nuestros perros o gatos son animales que viven en el presente: aquí y ahora y son concretos. Muchos humanos se frustran porque "le dije que no hiciera más pipí en la alfombra, que está mal, que mamá trabaja mucho para comprar las cosas, que si sigue así mamá se enojará mucho y no le comprará ese juguete tan bonito que vimos el otro día en la tienda"

Me encuentro con discursos de este tipo, y humanos muy frustrados porque el perro o gato hicieron caso omiso de éste. Entonces me preguntan "¿por qué no me hizo caso? ¿Es tonto? ¿Ahhhh, quiere tomarme el pelo? ¿No, si es malvado", y un sin fin de conjeturas que, ¿saben? Se forman desde que ingenuamente pensamos que el perro sabe entiende el idioma español.

Ese animal no entendió que hacerse pipí en la alfombra estuvo mal. Probablemente lleva meses haciéndolo porque piensa que ese es su "baño" y cada vez que escucha tu discurso sólo es un " blablablabla" con distintas entonaciones... Puede pensar: "Qué estará queriendo decir?, mejor me voy, ignoro, muestro una señal de calma a ver si deja de emitir tantos sonidos".

Mucho menos sabe que trabajas, el valor de tu dinero, que esa alfombra te costó miles de pesos y era única en su tipo. Tampoco se acuerda de ese juguete en la tienda porque en realidad a quien le gustó fue a ti y esto fue hace muchos días.

Tratemos de entenderlos de verdad, sabiendo que no entienden el idioma que hablamos, pero si leen constantemente nuestro lenguaje corporal y en ello son expertos. Por otro lado, nosotros como seres cognitivamente más avanzados, si podemos entender y adecuarnos al que ellos exhiben. Si se hace pipí en lugares no adecuados, descartemos enfermedad. Una vez eso, veamos la causa. Si nos cuesta busquemos asesoría. Pero pensar que entenderá nuestro discurso sólo será frustrante para ambos.


Dra. Soledad Torres Alvarado
Médico Veterinario y Máster en Etología Clínica
CONCIENCIA Etología Clínica